jueves, 29 de octubre de 2009

¿Por qué una chica estaria con Carlos?

Me puse a pensar, casi un milagro teniendo en cuenta que no lo hacía hace dieciocho años, en cuales serian las razones que tendría una mujer para “estar” conmigo, después de dos largos y eternos minutos llegue a las siguientes conclusiones: no estaría conmigo por mi madurez, porque no aparento una madurez normal y mucho menos desarrollada; tampoco mi inteligencia, porque normalmente la oculto muy bien; no sería mi experiencia porque no la tengo en abundancia; mucho menos mi forma de decir las cosas, lamentablemente soy demasiado sincero, digo las cosas de una forma cruda y no tengo buen tino, son pocas las veces que soy asertivo.

En el tercer minuto estaba a punto de rendirme, felizmente una canción de Alejandro Sanz me ilumino, “hay tanto de melódico en tu fantasía, un toque de misterio mi limite” puede que no esté muy claro, tampoco lo está para mí, pero es exactamente eso. Las razones que alguien podría encontrar para “estar” conmigo son las mismas razones que tiene para no hacerlo; parezco inmaduro, pues bien le apoyaría en las ideas más inmaduras y locas que tenga, ¿en ciertos momentos no fluye mi inteligencia? Entonces le doy la oportunidad para que use la suya, se supone que los dos tienen que colaborar; no tengo mucha experiencia, ¡Mucho mejor! No se atormentaría con esa idea, pensando si está haciendo bien algo, de todas maneras es probable que yo nunca haya hecho eso; no tengo la mejor manera de decir las cosas, pero jamás le diría una mentira, además se encuentra la “gracia” cuando se escucha una verdad tan bien dicha.

Y llegue al cuarto minuto el clímax de mi pensamiento, un orgasmo de la imaginación, no soy un automóvil al que le tienen que ver los defectos y virtudes para elegirlo, tampoco soy una persona normal al que pueden evaluar en una lista con dos columnas tituladas con “Sus Pro” y “Sus Contra”, soy un segundo en el universo, un pixel en esa foto hermosa, soy, como diría alguien muy cercano a mí, “lo bueno y lo malo”.

Voy en el quinto minuto y recuerdo que no somos nada, después de un minuto de lucidez recuerdo que no sé quién soy, tal vez nunca lo sabré, tal vez no soy nada, tal vez seamos tanto que no podemos ver nada.

Termino mi "momento cultural" y concluyo diciendo, razones para “estar” conmigo... no las encontré, razones para no “estar” conmigo... tampoco, pero encontré una razón para ser ese ser que quiero ser.